“Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia”, es una de las frases más icónicas de la historia del cine. Y surgió gracias a la imaginación del actor Rutger Hauer, quien interpretó a Roy, el villano de la historia. Sin embargo, Cazarecompensas no se aplica a esta teoría, ya que se convirtió en un clásico de la ciencia ficción hace 40 años. Y perdurará en el tiempo como una de las mejores películas del cine.
En su estreno no atrapó a la audiencia como se esperaba, la lúgubre historia y el descorazonador futuro que retrataba no lograron convencer a los espectadores de 1982, acostumbrados a una idea más alegre de lo que les esperaba. Con el paso del tiempo, lentamente nuevas audiencias estaban descubriendo la belleza del futurismo gris y complejo detrás del mundo de Rick Deckard y los replicantes. Por otro lado, plantea una pregunta filosófica sobre qué es el ser humano y si estos replicantes, seres creados artificialmente, pueden ser considerados como tales.

Cazarecompensas Marcó un antes y un después a la hora de hacer cine. Inspirado en la novela Los androides sueñan con ovejas eléctricas? de philip k dick y cuenta la historia del detective jubilado Rick Deckard (Harrison Ford) que regresa al oficio para encontrarse con un grupo de replicantes, considerados esclavos, que huyeron a la Tierra para encontrarse con su creador.
Sus estética visual inspirada en la policía negra de los años cuarenta y su ambientación futurista Es una de las razones por las que esta película ya forma parte de la cultura popular. Y esto se lo debemos al artista Syd Mead, que estuvo a cargo de la dirección de arte. Sus visión futurista, perteneciente al estilo conocido como cyberpunk, permitió que la idea del mundo creado por Dick se hiciera realidad. Por otro lado, el compositor griego Vangelis estuvo a cargo de la banda sonora, y cabe señalar que capta a la perfección la atmósfera de la película ya que combina los géneros de la música electrónica -desconocidos en ese momento- con elementos de la música clásica. .

Aunque la banda sonora y la ambientación jugaron un papel determinante, la obsesiva y rigurosa visión del director inglés Ridley Scott acabó culminando Blade Runner como una obra perfecta. En cualquier caso, la película tuvo sus complicaciones, como toda película de esta magnitud. Principalmente la actitud obsesiva de Scott le hacía reescribir constantemente escenas y diálogos, lo que se volvía tedioso y molesto para los actores y el equipo de filmación.
En segundo lugar encontrar al actor que interpretaría a Rick fue todo un viaje ya que el guionista Hampton Fancher tenía en mente a Robert Mitchum, protagonista de varias películas del género negro. Y Scott, junto con los productores, quería a Dustin Hoffman, con quien ya había trabajado. Después de varios meses de negociaciones, finalmente rechazó el papel debido a diferencias creativas. Así que vino a Harrison Ford, quien tras sus papeles de Han Solo e Indiana Jones, buscaba un papel dramático para expandir su carrera. Tuvo varios problemas para entender a su personaje, pero logró plasmarlo a la perfección, tanto que el mismo Philip K. Dick, cuando lo vio en el set, dijo: “Es más Deckard de lo que había imaginado”.
En el caso del replicante, Roy, Scott ya sabía que quería al actor holandés Rutger Hauer. Y en el caso de los personajes Gaff y Rachel, se inclinó por actores menos conocidos como Edward James Olmos y Sean Young, respectivamente.
El impacto de esta película fue tal que su secuela se estrenó en 2017 corredor de cuchillas 2049 Dirigida por un reconocido director denis villenueva y protagonizando ryan gosling, ana de armas Y Harrison Ford, retomando su papel de Rick. Y Amazon Studios anunció un nuevo proyecto, titulado Blade Runner 2099, una serie ambientada 50 años después de lo ocurrido en la primera parte.
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